¡No puedo evitarlo! ¡Así soy yo! ¿Ha usado usted alguna vez esa excusa? Es muy fácil usar la manera en que nos educaron y las circunstancias en las que crecimos o cómo fuimos enseñados, como excusas para aferrarnos a actitudes o hábitos que Dios nos está pidiendo que cambiemos. Pedro podría entender esto perfectamente. Lo que se le pidió a Pedro que hiciera iba en contra de todo lo que él, su familia y su cultura creían. En la cultura que Pedro vivía uno no se asociaba con ese tipo de personas.
La respuesta de Pedro en el capítulo 29, es alarmante, “ Por eso, cuando mandaron por mí, vine sin ninguna objeción”. La actitud de Pedro y sus creencias fueron pasadas a él por muchas generaciones, pero el llamado de Jesús era más grande que todo esto. ¿Es esa una verdad para usted? No importa si su pasado está lleno de maravillosos o de dolorosos recuerdos. Usted ha heredado actitudes y hábitos que necesitan ser cambiados. La palabra de Dios le muestra nuevas maneras de sentir y de pensar. Cómo responde usted a esto.
Unfortunately, there are security risks associated with your browser. To keep you protected we will be discontinuing support to this browser. Please visit http://browsehappy.com/ for a secure browser update.